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Revolución Microbiológica: Cómo América Latina está liderando en agricultura sostenible

Marco Antonio Nogueira, científico investigador de Embrapa Soja, Brasil. Photo credit: Marcela Pistori

Los científicos e innovadores de América Latina están revolucionando la agricultura con microorganismos beneficiosos.

Diversos científicos e innovadores agrícolas de América Latina están adoptando el uso de microorganismos beneficiosos para revolucionar las prácticas agrícolas. A medida que la demanda por una agricultura sostenible se hace cada vez mayor, las soluciones biológicas emergen, aportando nutrientes a los cultivos de forma natural y ofreciendo una alternativa prometedora a los fertilizantes sintéticos. En este contexto, las organizaciones de Sudamérica están a la vanguardia de las soluciones microbianas que favorecen una agricultura eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

Seleccionando Bacterias Naturales para una Fijación Eficaz del Nitrógeno

En Brasil, la selección de bacterias que contribuyen a la fijación biológica del nitrógeno se está llevando a cabo desde hace más de 70 años, especialmente en el caso de la soja. La soja, un cultivo exótico en Brasil, carece de bacterias beneficiosas naturales en los suelos del país. Al principio hubo que importar inoculantes, principalmente de Estados Unidos y Australia, pero a medida que el cultivo de la soja se extendía por la región de Cerrado en los años setenta, los científicos brasileños adaptaron dichas soluciones a los suelos y climas propios de Brasil. El resultado fue la selección de cuatro cepas élite de Bradyrhizobium (SEMIAS 587, 5019, 5079 y 5080) que, inoculadas, proporcionan nitrógeno a la soja sin necesidad de fertilizantes sintéticos.

Embrapa, la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria, es la principal organización estatal de investigación de Brasil dedicada a promover innovaciones agrícolas y ganaderas. El trabajo de Embrapa ejemplifica el liderazgo latinoamericano en soluciones microbianas. Contrariamente al desarrollo de organismos modificados genéticamente, los científicos de Embrapa están seleccionando cepas altamente eficientes de bacterias que ya se encuentran en la naturaleza. Marco Antonio Nogueira, científico investigador de Embrapa Soja, explica: “No estamos desarrollando nuevos organismos, sino seleccionando cepas eficientes que ya se encuentran en la naturaleza.”

Estas cepas bacterianas han contribuido decisivamente al éxito agrícola de Brasil, al satisfacer las necesidades de nitrógeno de los cultivares de soja de alto rendimiento. Como explica Nogueira, “estas cepas pueden suministrar alrededor de 80 kg de nitrógeno por tonelada de grano producido, reduciendo significativamente la necesidad de fertilizantes nitrogenados en el cultivo de la soja.” Sin embargo, destaca que estas bacterias deben reintroducirse cada temporada debido a la naturaleza competitiva del entorno del suelo, donde los microorganismos nativos tienden a imponerse a las cepas introducidas. “Para mantener la eficacia, reintroducimos estas bacterias de élite mediante inoculación cada cosecha”, añade.

El éxito de estos inoculantes microbianos se extiende a otras leguminosas, como frijoles y cacahuetes, maíz, trigo e incluso gramíneas. Para estos cultivos, Embrapa también ha seleccionado bacterias que promueven el crecimiento de las plantas, como el Azospirillum Brasiliense, que estimula el crecimiento de las raíces y mejora la capacidad de absorción de nutrientes de las plantas. Estas cepas bacterianas no se modifican genéticamente, sino que se seleccionan de la naturaleza mediante una rigurosa investigación de su eficacia.

Nogueira trabajando en el laboratorio de Embrapa. Photo credit: Elizeo Garcia

Soluciones Microbianas para Diversos Ambientes

Uno de los puntos fuertes de estas soluciones microbianas es su adaptabilidad a entornos diversos, algo crucial para una región tan variada como América Latina. Nogueira señala que, mientras que algunos microorganismos son específicos de determinadas condiciones de suelo y clima, cepas como el rhizobium Brady para la soja y el Azospirillum Brasiliense para las gramíneas son muy adaptables. “Las mismas cepas utilizadas en las regiones más nordestinas, como Roraima, también son eficaces en el extremo sur, como Rio Grande do Sul. Tanto los pequeños como los grandes productores se benefician de estas tecnologías”, afirma Nogueira. Esta flexibilidad garantiza que los inoculantes microbianos puedan apoyar prácticas sostenibles en diversos contextos agrícolas.

Tendiendo Puentes entre Sostenibilidad y Productividad con Productos Biológicos

En Argentina, hay empresas privadas que están impulsando soluciones biológicas para el tratamiento de semillas, en lo cual organizaciones como Rizobacter desempeñan un papel importante. Reconocida por su trayectoria en microbiología agrícola, Rizobacter ha contribuido al desarrollo de inoculantes biológicos y mejoradores del suelo, mostrando el potencial de estas innovaciones en la agricultura moderna.

Gabriel Mina, gerente de portfolio de productos de Rizobacter, considera que los productos biológicos son esenciales para satisfacer las demandas de la agricultura moderna. El incremento del uso de soluciones biológicas ha superado el de la adopción de tecnologías químicas”, afirma Mina, destacando el giro de la industria hacia alternativas respetuosas con el medio ambiente.

Sin embargo, Mina subraya que los productos biológicos y químicos no deben considerarse mutuamente excluyentes. “Sería un error decir que todos los productos agroquímicos serán sustituidos. No estamos en contra de los agroquímicos, pero vemos la importancia de integrar los biológicos allí donde sean más eficaces”, explica. Este enfoque equilibrado se ajusta a las necesidades prácticas de los agricultores, que buscan soluciones sostenibles y fiables.

En Brasil, por ejemplo, los nematicidas biológicos han demostrado una eficacia notable en el control de plagas. Aproximadamente el 85% del mercado de nematicidas se compone ahora de productos biológicos, ya que han demostrado no sólo ser eficaces, sino también menos perjudiciales para el medio ambiente. Mina señala que las soluciones biológicas se han sometido a pruebas exhaustivas, sobre todo en climas tropicales, donde han superado sistemáticamente a las soluciones químicas tradicionales.

Resiliencia climática con innovación microbiana

Más allá del suministro de nutrientes, las soluciones microbianas también contribuyen a que los cultivos puedan resistir mejor al estrés medioambiental. La investigación de Embrapa ha demostrado que ciertas bacterias pueden ayudar a las plantas a tolerar la sequía y las fluctuaciones de temperatura, atributos críticos para abordar el cambio climático y las condiciones de cultivo más impredecibles que trae consigo. Algunos microorganismos ayudan a movilizar el fósforo, haciendo que este nutriente vital sea más accesible en las plantas. Esta adaptabilidad ofrece una ventaja adicional a los agricultores que buscan cultivos resistentes.

“El reto para la próxima generación de la agricultura es comprender dónde pueden sustituirse los productos agroquímicos y dónde los biológicos pueden tener un impacto más significativo”, afirma Mina. En su opinión, un enfoque complementario, en el que los productos biológicos y químicos se utilicen estratégicamente, encierra el mayor potencial para maximizar tanto la productividad como la sostenibilidad de la agricultura latinoamericana y su sector de semillas.

Un Camino Sostenible Hacia el Futuro

En América Latina, el auge de las soluciones biológicas refleja un compromiso más amplio con la agricultura sostenible. Los agricultores de Argentina, Brasil y otros países están favoreciendo los productos microbianos como alternativas más eficaces y sostenibles que los fertilizantes sintéticos. Sin embargo, el camino hacia la adopción generalizada no está exento de obstáculos, ya que la educación y el apoyo son necesarios para ayudar a los agricultores a adoptar estas nuevas soluciones.

América Latina se está posicionando como líder en el movimiento de la agricultura sostenible. Al aprovechar el poder de los microorganismos naturales, la región es un ejemplo para el mundo, mostrando cómo la ciencia y la naturaleza pueden trabajar juntas para afrontar los retos de la agricultura moderna.

Como bien dice Gabriel Mina, “Los productos biológicos no son sólo una alternativa; son una evolución necesaria para el sector de las semillas y la agricultura en su conjunto.” A través de la innovación continua, la colaboración y un enfoque en la sostenibilidad, el sector agrícola de América Latina está preparado para liderar el camino hacia un futuro más sostenible en la agricultura mundial.

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