Congreso de Semillas de las Américas 30 Sep al 2 Oct
Desde el congreso mundial de Semillas hasta la conferencia anual de la Asociación de Agencias Oficiales de Certificación de Semillas, a reuniones con Seeds Canada y un montón de otros encuentros, en los últimos meses he estado más de viaje que en casa. Uno de los temas que más se repite en mis conversaciones, tanto en Rotterdam como en Kansas City, es América Latina. Estoy viendo muchísimo entusiasmo a nivel mundial por lo que está pasando en Latinoamérica, específicamente en lo que se refiere a su contribución a la producción de contraestación y el liderazgo que está adquiriendo en el área de innovación, seguridad alimentaria mundial, lucha contra el cambio climático y mucho más.
Pero, siendo totalmente honesto, sé que ustedes también están inquietos por la situación del sector de las semillas de América Latina, en parte debido a la incertidumbre que genera el crecimiento del sector, pero sobre todo por la falta de comprensión acerca de la posición actual de América Latina y cómo su lugar en el mercado mundial de las semillas está cambiando.
Lo que he podido constatar en mis numerosas conversaciones con empresarios sudamericanos es que el sector de las semillas y los servicios relacionados con ellas en América Latina están evolucionando en dos formas bien distintas: unos se enfrentan a los retos naturales de la creación de nuevos canales de negocio, en particular cuando se expanden internacionalmente o se enfrentan a nuevas normativas que aún no están claros. Y otros se están expandiendo impresionant mente bien. Brasil, en particular, no es sólo un país a tener en cuenta, sino que un país para hacer negocios. Varias empresas brasileñas de semillas están arrasando en crecimiento, innovación tecnológica y liderazgo industrial.
Según la FAO, Latinoamérica tiene la mayor superficie cultivable del mundo: casi un tercio de toda la región lo es. Esto convierte a Latinoamérica en una de las regiones más críticas del planeta para el incremento de la producción de alimentos, tanto en hectá reas cultivables como en productividad por hectárea. Necesitamos a Latinoamérica para alimentar al mundo exitosamente y, como sabemos en el sector de las semillas, eso empieza por las semillas. Ahora bien, no estoy sugiriendo que las empresas se suban al tren de alimentar al mundo sólo por altruismo: estoy diciendo que hay un increíble valor comercial para quienes encuentren las alian zas y oportunidades adecuadas.
Que quede claro: el crecimiento de Latinoamérica no será fácil. El mercado lati noamericano necesita madurar. Encontrar el camino correcto exigirá esfuerzo, voluntad y colaboración. Los tropiezos en el camino han existido antes y habrá más en el futuro. Para que todos tengamos éxito, es fundamental que el sector de las semillas de toda América se una y sea parte del desarrollo de LatAm, para que se desarrolle una verdadera presen cia sudamericana.
Es precisamente por eso que debe mos reunirnos en Buenos Aires y asistir al Congreso de Semillas de las Américas del 30 de septiembre al 2 de octubre. El Congreso reunirá a los protagonistas del sector de las semillas de las Américas. Las principals partes de la agenda -los ponentes expertos, las sesiones de trabajo y la rueda de nego cios-prometen ser de gran interés para todos los participantes. Otros beneficios de asistir al Congreso se producirán de forma mucho más discreta: entre apretones de manos y cervezas se llegarán a acuerdos que sólo son posibles cuando las personas adecuadas se reúnen en el mismo lugar y con la misma disposición a conectarse.
El sector de las semillas está más inte grado que nunca. Construir LatAm al máximo de su potencial depende de la comunicación, la colaboración y el crecimiento colectivo, encontrándose para dialogar entre represent tantes de distintas organizaciones, empre sas y países. Eso es lo que el Congreso de Semillas de las Américas de la SAA propone hacer realidad.