Se prevé que los costos de insumos se estabilizarán en el 2025, dando un respiro muy necesario a los productores latinoamericanos.
En los últimos tres años, el panorama económico mundial ha estado marcado por unos niveles de disrupción sin precedentes. En cuanto a las estrategias para mitigar riesgos, es crucial comprender la magnitud de estas disrupciones.
“Lo que antes era un entorno relativamente estable, en agosto del 2020 cambió drásticamente y se prolongó hasta el 2023”, dice Sam Taylor, analista de insumos agrícolas del Rabobank de Nueva York.
Los precios de los fertilizantes y los del glifosato se triplicaron, y los de las materias primas se duplicaron.
Esta alteración no fue causada por un único factor, sino que derivó de múltiples acontecimientos, como la crisis eléctrica de Texas, las interrupciones relacionadas con el COVID, la fluctuación de los precios del gas natural y del carbón, y la preocupación por el medio ambiente.
“Estos factores, agravados por sanciones y conflictos, crearon un mercado volátil, regido al parecer por un flujo continuo de imprevistos”.
Al examinar el índice de asequibilidad de los fertilizantes, se observa un ciclo en la volatilidad, con periodos de máximos y mínimos que se producen aproximadamente cada 18 meses, afirma Taylor. Sin embargo, los últimos acontecimientos se han desviado de esta norma, impulsados en gran medida por las dinámicas de la política mundial y las tendencias de la renta agraria. Por ejemplo, la decisión de China de limitar las exportaciones de fertilizantes por preocupaciones de asequibilidad interna ha contribuido a la actual incosteabilidad del mercado del fosfato.
“De cara al futuro, el panorama geopolítico seguirá influyendo en los precios de los fertilizantes, por lo que factores como las políticas de exportación de China y las estrategias de mercado de Marruecos determinarán la dinámica mundial de oferta y demanda”, afirma Taylor. “Aunque puede vislumbrarse cierto alivio en la segunda mitad del año, el futuro inmediato sigue siendo incierto”.
Esta volatilidad afecta no sólo a los minoristas, sino a toda la cadena de valor, lo que plantea retos a los cultivadores independientes como Greg Stamp, quien cultiva y vende semillas cerca de Enchant, Alberta, en Canadá.
“Las oscilaciones del mercado dictan nuestras decisiones de siembra, pero anticiparse a estas fluctuaciones es como leer hojas de té. Un año, una variedad determinada puede permanecer en nuestros depósitos durante un largo periodo, mientras que al año siguiente se convierte en la primera elección de los agricultores”, afirma Stamp.
Además, según Stamp, los minoristas deben adoptar un enfoque juicioso en materia de precios y gestión de recursos.
“Todos los aspectos, desde los salarios del personal hasta los gastos de transporte, deben tenerse en cuenta en la ecuación”, afirma.
Por otro lado, Stamp destaca el impacto generalizado de las medidas normativas, como los impuestos sobre el carbono en la estructura de costos en la venta de semillas al por menor.
“El efecto dominó de políticas como los impuestos sobre el carbono afecta a todas las facetas de la cadena de suministro, lo que exige ajustes estratégicos para mantener la rentabilidad. Aprovechar las economías de escala se convierte en un imperativo para mitigar el impacto de la subida de los costos”, afirma Stamp.
Distribución en la Química
En cuanto a la química, uno de los temas recurrentes gira en torno a la distribución del inventario en los distintos segmentos de la cadena de valor, sobre todo en el ámbito minorista del mercado brasileño, afirma Taylor.
“Entender esto puede ser un poco más difícil debido a las rutas únicas que toman los productos para llegar a los consumidores. A diferencia de otros mercados, en Brasil existe la tendencia a que una porción considerable de los productos vaya directamente de los principales proveedores a los grandes productores. Esta dinámica hace que a menudo existan stocks no contabilizados en las fincas”, afirma.
Los últimos informes financieros sugieren que la acumulación de inventario se está disipando gradualmente en el comercio minorista de Norteamérica, lo que contrasta con la situación de Brasil.
“Todavía hay un exceso de stock en el mercado brasileño. Prevemos que este problema de inventario podría persistir en el tercer trimestre. Este predicamento surge por una confluencia de factores: un aumento de las importaciones que coincide con una caída de los precios de las materias primas, lo que provoca niveles de base negativos en determinadas zonas.”
Estas dinámicas de mercado han ejercido presión sobre los márgenes de ganancia y han frenado la demanda, lo que ha provocado la acumulación de existencias.
A pesar de ello, algunas empresas con una importante exposición al mercado brasileño han presentado una nota positive en sus informes de resultados recientes. Taylor destaca a FMC como un ejemplo. Han indicado un sólido rendimiento de los ingresos, sugeriendo que el inventario se está moviendo más rápidamente de lo previsto, afirma Taylor.
“Sin embargo, sigo creyendo que el volumen de los inventarios continuará ejerciendo una presión a la baja sobre los precios en el sector químico, especialmente en Brasil, que podría prolongarse hasta la segunda mitad del año. Esta situación es especialmente difícil para los agricultores, ya que los márgenes ya están sometidos a presión.”
La tensión económica en Brasil parece aún más pronunciada en comparación con el mercado norteamericano, lo que agrava la necesidad de resolver el desequilibrio de los inventarios.
La Situación de los Fertilizantes
En el ámbito de los fertilizantes, sigue prevaleciendo la tendencia a la baja, especialmente en el sector de la potasa. Rabobank ha observado algunos recortes en la capacidad de producción canadiense, y tanto China como Brasil muestran fuertes niveles de inventarios.
Sumado a un entorno de reducción de márgenes, esto ejerce un efecto moderador sobre los precios, lo que puede ser beneficioso para la dinámica del mercado, según Taylor.
Bruno Fonseca es analista de insumos agrícolas de Rabobank, con sede en São Paulo. Afirma que en Brasil -y en toda América Latina- los agricultores están bastante preocupados por los precios de los fertilizantes, sobre todo de cara a la próxima temporada agrícola.
“Acabamos de salir de una temporada en la que los márgenes de rentabilidad eran más estrechos en comparación con años anteriores. Así que ahora los agricultores están centrados en encontrar formas de reducir sus costes en la próxima temporada para recuperar parte de esos márgenes”, afirma Fonseca.
En este contexto, los agricultores están particularmente preocupados por el precio de los fertilizantes, ya que representa una parte importante de sus gastos. Están interesados en reducir estos costos en la medida de lo posible.
“Dada la situación actual, es poco probable que los precios de los fertilizantes bajen de forma significativa. Esto supone un reto para los agricultores que intentan gestionar sus costos de forma más eficaz para la próxima temporada”.
El impacto de los aranceles norteamericanos o estadounidenses sigue siendo incierto. América Latina ha sido históricamente un mercado ferozmente competitivo en lo que respecta a los fosfatos, con proveedores marroquíes especialmente agresivos en sus volúmenes de envío. Por consiguiente, hay una tendencia a prever una tendencia a la baja de los precios, sobre todo en el caso de los principales productos fosfatados, añade Taylor.
“En cuanto a los fertilizantes nitrogenados, se observa una tendencia general a la baja en la curva de los precios, una amplia disponibilidad y una débil demanda, especialmente evidente en las regiones situadas al este de Suez”, añade Taylor. “La demanda india de urea, un producto nitrogenado clave, no parece robusta, lo que implica que encontrar mercados para los productos nitrogenados podría requerir cierto esfuerzo”.
El sentir general apunta hacia una ligera tendencia a la baja. Si bien los problemas de asequibilidad en los mercados de EE.UU. y Norteamérica no son tan graves para los cultivadores en comparación con otras regiones, el estrechamiento de los márgenes sugiere un lógico movimiento a la baja de los precios, afirma Taylor.
“Esto podría considerarse una noticia positiva para los cultivadores, pues hace más accesibles los productos esenciales sin dejar de reconocer los retos que plantea el estrechamiento de los márgenes de ganancia”.
Razones para Estar Optimistas
Con vistas a la temporada 2025, existe el optimismo de que los costos de los insumos se nivelarán más rápidamente que en años anteriores, proporcionando cierto respiro a los agricultores. A pesar de los recelos por los precios de las materias primas, se espera un mayor equilibrio de los costos en las próximas temporadas, afirma Taylor. El análisis de la relativa asequibilidad del nitrógeno acentúa aún más la urgencia de reducir costos.
“A pesar de ello, la rentabilidad agraria sigue disminuyendo, sin seguir el ritmo de la caída de los precios de las materias primas. Esta tendencia ha provocado un debilitamiento de los márgenes, y los agricultores anticipan descensos significativos de sus ingresos netos en las próximas temporadas. Esto podría provocar la destrucción de la demanda y la retirada de las inversiones”, afirma Taylor.
El complejo energético desempeña un papel importante en la dinámica del mercado mundial, y las fluctuaciones de los precios del gas natural y del carbón repercuten en los sectores del nitrógeno y de los pesticidas. Sin embargo, las tendencias recientes indican un descenso gradual de los costos de producción, lo que ofrece cierta esperanza de un alivio de los precios en el futuro.
Stamp exalta el poder transformador de la nueva genética y del fitomejoramiento como paliativos de la volatilidad del mercado. Las semillas surgen como uno de los pocos insumos que realmente pueden ayudar a los agricultores a ser más rentables en un contexto de incertidumbre económica.
“Se podría decir que las nuevas variedades de semillas ofrecen cierta esperanza en medio de las turbulencias económicas”, afirma Stamp, haciendo hincapié en la relación entre innovación y resiliencia económica.
“Por ejemplo, la aparición de variedades con mayor contenido proteico +
y cultivares de tallos sólidos ejemplifica el potencial transformador de la innovación genética, ofreciendo a los agricultores una ventaja competitiva en un panorama de mercado impredecible.”
En un momento en que Stamp y sus clientes luchan contra el vaivén de las corrientes económicas, la importancia de la planificación estratégica y la capacidad de adaptación se impone como un tema crucial.
“Sacar provecho al poder de la nueva genética no es sólo un lujo, sino una necesidad en una época caracterizada por la volatilidad económica”, añade Stamp.
Taylor está de acuerdo.
“Las semillas son el insumo más necesario de la agricultura. Pero las semillas no sólo traen lo que es el cultivo en sí, sino que también son portadoras de una amplia gama de tecnologías. Desde tratamiento de semillas hasta edición de genes y nuevas características, las semillas sirven como un conducto para la innovación en la agricultura”, añade Taylor.
“Es fascinante ver cómo evolucionan las variedades de semillas. También creo que las semillas seguirán siendo un vehículo imprescindible para las futuras tecnologías agrícolas”.
Fonseca afirma que al observar el promedio de tendencias en Brasil vemos que, sobre todo en el caso de la soja, los agricultores siguen ampliando sus superficies de siembra. Esto aumenta directamente la demanda de semillas de soja en los próximos años, afirma.
Por otro lado, en el caso del maíz, especialmente el que se siembra justo después de la soja, la demanda dependerá de los precios del maíz más próximos al periodo de siembra, añade Fonseca.
Estrategias para el Éxito en Medio de la Incertidumbre Económica del 2024
Recopilar información: Invierta en sistemas y procesos que recopilen y analicen informaciones sobre las dinámicas del mercado mundial, incluyendo los precios de las materias primas, los precios de los fertilizantes, los acontecimientos geopolíticos y los cambios normativos. Esto puede ayudar a tomar decisiones informadas y a desarrollar estrategias proactivas para mitigar los riesgos.
Diversificar las fuentes de suministro: Explora las oportunidades para diversificar a sus proveedores de semillas y otros insumos, con el fin de reducir la dependencia a regiones o a distribuidores específicos que puedan verse afectados por factores geopolíticos o medioambientales. Esto podría implicar crear alianzas con proveedores de diferentes regiones geográficas o invertir en cadenas de suministro alternativas.
Mitigar los riesgos: Desarrolle planes hipotéticos para anticipar posibles disrupciones y sus repercusiones en la cadena de suministro. Esto incluye considerar panoramas como conflictos comerciales, fenómenos meteorológicos extremos, cambios normativos y variaciones en la demanda de los consumidores. Aplique estrategias de gestión de riesgos para mitigar los posibles efectos negativos de estos escenarios.
Participar en la promoción de políticas: Participe con los responsables políticos a nivel local, nacional e internacional para defender políticas que apoyen un entorno empresarial estable y predecible para los minoristas de semillas. Para ello, podría ser necesario participar en asociaciones del sector, ejercer presión política y realizar contribuciones en los debates políticos relacionados con la agricultura y el comercio.
Invertir en resiliencia: Destine recursos a aumentar la resiliencia de la cadena de suministro, las infraestructuras y las operaciones. Esto podría incluir inversiones en tecnología, mejoras de las infraestructuras, optimización de la cadena de suministro y programas de formación de personal para mejorar la adaptabilidad y la capacidad de respuesta a las cambiantes condiciones del mercado.
Educar y apoyar a sus clientes: Ofrezca apoyo y formación a sus clientes, sobre los factores que influyen en los precios de los insumos y las dinámicas del mercado. Esto puede ayudarlos a tomar decisiones informadas sobre la planificación de cultivos, la compra de insumos y las estrategias de gestión de riesgos.
Planificar a largo plazo: Desarrolle planes estratégicos a largo plazo que tengan en cuenta los potenciales efectos de las actuales tendencias y disrupciones en el panorama mundial. Esto podría incluir la evaluación de oportunidades de innovación, diversificación y crecimiento sostenible, sin dejar de adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado.
