Por la calma que reina en mi casa, nadie sospecharía que pronto cerraremos la puerta y nos iremos al hemisferio norte por dos meses. Todos los años en junio nos vamos a Carolina del Norte para escaparnos del lluvioso invierno chileno. Mis hijos se benefician de la inmersión en inglés, y yo paso tiempo con nuestros clientes norteamericanos. He aprendido que, a la hora de hacer las maletas para toda la familia, planificar con antelación es la diferencia entre el caos y la cordura.
El primer año fue el más complicado. Necesitábamos pasaportes, seguros, alojamiento, transporte y encontrar campamentos de verano para nuestros hijos. Todo ello requirió bastante planificación y coordinación que no podía hacerse a última hora. Los años siguientes fueron más sencillos porque ya conocíamos el proceso.
El día del viaje, me gusta asegurarme de que estamos completamente listos, con las maletas hechas, todo organizado y salir con tiempo de sobra para llegar al aeropuerto. Prefiero pasar el tiempo esperando en un lounge del aeropuerto que corriendo a lo loco y arriesgar de perder un vuelo.
Con cinco hijos, a veces las cosas no salen exactamente como lo hemos planeado. Un año, en el taxi de camino al aeropuerto, nos dimos cuenta de que el retenedor dental de mi hijo se había quedado olvidado. Por suerte, tuvimos tiempo suficiente para que nuestro sobrino lo llevase al aeropuerto. Un buen equipo que ayude es algo muy valioso.
Para la producción de contraestación también es preferible una preparación temprana y un buen equipo. Lo ideal es que las empresas que deseen contratar servicios en Chile tengan sus planes listos a más tardar en julio.
En Chile, nosotros (al igual que otros proveedores de contraestación) contratamos hectáreas a agricultores locales capacitados en la producción de semillas. La contratación temprana asegura conseguir los mejores campos. Además, plantar temprano (antes del 15 de octubre) aumenta drásticamente las probabilidades de obtener los mayores rendimientos posibles.
También conviene que las semillas sean enviadas a Chile lo antes posible por si se produce algún retraso o contratiempo en ese proceso. Del mismo modo que cuando viajamos a otro país y tenemos que pasar por los trámites de aduanas e inmigración, cuando trasladamos productos vegetales de un país a otro tenemos que seguir un proceso regulatorio. Teniendo un buen equipo de nuestro lado es posible agilizar el proceso con más facilidad si disponemos de tiempo suficiente.
Así como yo me preparo para una aventura familiar en Carolina del Norte, también es el momento de que usted defina sus planes de contraestación para el próximo periodo de producción. El primer año pueden surgir algunos baches en el camino, pero estamos aquí para ayudarte. Los años siguientes irán viento en popa.