Las innovaciones en semillas son cruciales para alimentar a un planeta hambriento, pero ¿comprende la mayoría de la gente lo que significa este compromiso? No estoy seguro de que ni siquiera la mayoría de las personas que llevan muchos años en el sector de las semillas comprendan el compromiso, el tiempo, los recursos y la dedicación que se necesitan para satisfacer las necesidades insatisfechas de productores y consumidores. En este artículo nos centraremos en las hortalizas.
Empecemos siempre por los clientes. ¿Qué esperan los productores de las empresas de semillas? Mi experiencia con productores es que para ganarse su preferencia se requiere compromiso con las variedades de semillas/híbridos que producen altos rendimientos, calidad y que la demanda de los consumidores mantenga sus costos operativos/unidad bajos y su potencial de rentabilidad alto. Las empresas de semillas hortícolas se centran en suministrar productos que los consumidores demanden con una buena vida útil para reducir el deterioro durante el almacenamiento en el predio del productor.
El rendimiento, según los fitomejoradores, es una función del potencial genético, el entorno y la gestión… la vieja ecuación rendimiento = f(potencial genético x entorno x gestión). El rendimiento del propio predio de un productor se enfrenta generalmente a muchos tipos de tensiones relacionadas con esta ecuación: tipo de suelo, fertilidad, disponibilidad de humedad durante la temporada, fechas de siembra, poblaciones de plantas, plagas, enfermedades, malezas, fenómenos meteorológicos, calendario, unidades de calor, tratamientos de semillas, temporada de cosecha y ¡mucho más! Los productores buscan una solución innovadora en semillas que les ayude a reducir la merma producida por varios pequeños factores acumulados que afectan el potencial de rendimiento y la calidad que ocurren en el campo.
Los fitomejoradores se centran en aumentar continuamente el potencial de rendimiento de sus líneas de élite mediante técnicas de fitomejoramiento antiguas y nuevas. Ambas tienen su lugar, pero las nuevas técnicas de fitomejoramiento ofrecen una comprensión más rápida y precisa de cómo avanzar “dos pasos sin dar un paso atrás”. Comprender en profundidad qué parte del genoma es responsable del rendimiento, la tolerancia a las enfermedades, la mitigación del estrés, el cuajado de los frutos, el potencial de cosecha mecánica y la minimización de las pérdidas de cosecha es una situación muy complicada, pero es asombroso lo que los fitomejoradores actuales pueden hacer y están haciendo. Y lo hacen sabiendo que sus nuevas líneas no llegarán a los campos para producción comercial antes de siete a 16 años. Tienen que tomar el pulso a las necesidades insatisfechas de productores y consumidores mientras descifran su trabajo. La diferenciación del producto, el sabor, la calidad, la gestión de nutrientes y del estrés hídrico, el potencial de cosecha mecánica, la vida útil, la minimización de la pérdida de cosecha, etc., contribuyen a lo que los consumidores quieren elegir en las estanterías de los supermercados. Esos son los aspectos básicos.
En las últimas dos o tres décadas hemos visto una explosión de nuevas hortalizas para satisfacer las demandas insatisfechas de los consumidores, ya sea en su plato o en sus huertos. En comparación con el pasado, ahora se dispone de una plétora de opciones de hortalizas abundantes y nutritivas. Cultivares que producen en climas estresantes y proporcionan un suministro confiable de opciones alimentarias.
Las empresas de semillas hortícolas deben innovar continuamente para “ganarse” el negocio de las semillas de un productor y la aceptación de los consumidores, y deben reinvertir aproximadamente el 20-30% de los ingresos (facturación) en nuevas innovaciones de semillas. No hay que olvidar que se debe tener en cuenta la gran variedad de cultivos de semillas y escenarios de agricultura al aire libre y en entornos controlados a los que pueden dedicarse las empresas.
Las innovaciones en semillas requieren un compromiso significativo de personas con talento, recursos y una reserva de germoplasma durante un largo periodo de tiempo para satisfacer las necesidades insatisfechas de productores y consumidores.
El 15 de noviembre llegó al mundo el ciudadano número 8.000 millones, ¡deseoso de ser alimentado!
¿Tienes ese compromiso?
